Adiós Entusiasmo. La película de apertura del SANFICI

DE REDACCIÓN ZAHIR | 

Al sentarme en un auditorio prácticamente vacío, en el marco de un evento al cual todos los bumangueses deberían haber asistido, emprendía, sin saberlo un viaje claustrofóbico a través de la ópera prima de un colombiano que ha tenido que jugar desde afuera para poder darse a conocer en las grandes ligas.

Y así lo ha hecho, pues Vladimir Durán poco a poco, ha ganado varios de los festivales de cine independiente mas importantes del mundo; Buenos Aires, Berlinale y Cartagena, son solo un ejemplo de cómo a través de su “Adiós Entusiasmo”, escalo a pasos agigantados la retina de cientos de espectadores en todo el mundo.

La película toma como eje central una familia singular y atípica en la ciudad de Buenos Aires. conformada por tres hermanas llamadas Antonia, Alejandra y Alicia que a través de pequeños retazos de historias cuentan de manera empática que es sentirse ahogada en una familia sin sentido, pero que a su vez no cambiarían nada de su realidad.

                                               

Por otra parte, tenemos a Alex, el hermano menor de la familia con un sentido de curiosidad que solo los niños han de gozar y una capacidad de imaginar la vida tal y como él quisiera; nos presenta su modo de vivir en un ambiente donde la normalidad nunca esta a la orden del día.

Pero al transcurrir los minutos, como espectador nos damos cuenta de que hay algo mal en estos personajes que nos presentan, pues gritan a las paredes, invocando a un ser omnipotente que mueve los hilos de la vida de los hermanos para gusto o disgusto de este; ellos están llamando a su madre, que puede que sea el único personaje cuerdo en esta cinta.

Y entonces, es así como Durán, en su “Adiós Entusiasmo” nos muestra un pedacito de disfuncionalidad, que llena poco a poco la vida de aquellos que la conforman, observamos que siempre celebremos a los que no están, y que por mas que podamos amar a nuestra sangre, siempre seremos los mas duros jueces con ellos, capaces de dirigirles las groserías más grandes que ni un borracho a de decir en estado de ebriedad.

La familia es para siempre, dicen por ahí.