HA CAÍDO UN MACHO
DE DANIEL CASTILLO |
Pintura al óleo sobre lienzo de Siro López |
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Ángela Vicario no dudó en decir su nombre, no era una cuestión de lamentarse su “devolución” dentro del trofeo marital en que se había convertido, consigo cargaba el peso de haber perpetrado el acto que más temor podría generar dentro de esa hombría colectiva, era mujer libre, y sus palabras fueron la sentencia de Santiago, aquel ser que emerge de esta fábrica de machos en potencia.
El maestro de las letras, he de considerar, retrató en su obra la valentía y la determinación con la cual esta mujer busca romper con los esquemas propios de una cultura machista, su determinación al responder por sus actos que fueron considerados reprochables, y de igual manera en su sentencia, no el simple hecho del pronunciar el nombre de Santiago para que fuera castigado por haberle arrebatado su virtud antes de casarse, sino la manera en que, fuera o no Santiago quien se hubiese encargado de poseerla en un acto carnal, en él confluían los elementos característicos del macho que la cultura de nuestro país ha traído, los elementos que eran necesarios eliminar, incluso para recurrir al acto final de la muerte.
Ángela fue golpeada, recriminada, se dispuso de ella, fue obligada a casarse, se le auguró una vida de la eterna soltería como si fuera su deber atarse a un hombre que le hiciera “feliz”, como millones de mujeres en nuestro país cargan el peso de ser mujer y el impedimento social que esto conlleva, cargan consigo una crepuscular profecía de violencia continuada por el monstruo que les persigue.
Y nos seguirá desangrando, él seguirá habitando millones de casas colombianas, persiguiendo mujeres, pobres, indias, negras, mestizas; nos seguirá “enseñando” que a diferencia de los hombres, las mujeres no lloran, que nunca es hora para que ellas estén en la calle, nos seguirá diciendo cuál es el prototipo de ropa adecuado para ellas, que en la cocina deben ser las maestras, que no deben ir a buscar lo que no se les ha perdido; hoy, mañana y siempre, si no rompemos con los esquemas sociales derivados del machismo y hasta entender la igualdad como consigna y no como retórica numérica, hasta ese momento seguiremos conviviendo con ese monstruo, ese asesino en el que seguimos convirtiendo a nuestro país, Esta fábrica de machos llamada Colombia.
HA CAÍDO UN MACHO
Reviewed by Revista Zahir
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domingo, noviembre 26, 2017
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