Salvando al soldado Ryan

DE CAMILA DURÁN | 

¿cree usted que es digno de la vida que ha vivido? Este es el interrogante principal que deja la película salvando al soldado Ryan al terminar, un sinsabor que de la mano magistral del  señor spelberg nos embarca en un viaje digno de ser recordado, pero ojo, dicho viaje no trata  de batallas épicas, de tiros, granadas y de hombres que con su valentía derrotaron la tiranía de un tal Hitler según mencionan; no, este viaje por el cual nos lleva el film nos encamina a mirar lo peor de la especie humana, nuestra cobardía y soberbia, capaz de desencadenar las peores guerras que nadie en su sano juicio debería de vivir.

 Al correr de los años, los seres humanos hemos tenido una constante batalla entre nuestros intereses y nuestra propia humanidad, siendo esta ultima sacrificada en mas ocasiones de lo cual a todos nos cuesta reconocer, puesto que en su momento fue mas importante pelear por el hombre de turno, la religión del momento o el idioma de la época, dejando tras de si restos polvorientos de algo que algunas veces poseímos, la dignidad.

Esta pequeña reseña no trata de dar discursos moralista, o de gritar a los cuatro vientos que viva la paz, abajo la guerra y hagamos el amor. No, solo invito a ver esta maravillosa película, que al contar con actores como el mismísimo Tom Hanks, o Matt Damon, nos dan cachetadas de realidad una tras otra y nos pone a pensar que todo aquello que poseemos digno de los sueños de cualquier mago, bruja o hechicero, no son más que estupideces frente a todo lo que hemos tenido que sacrificar en el camino para llegar acá.

Sin ningún ánimo de pretensión, solo me queda por decir que esta pequeña obra que refleja una guerra que es vergonzosa para todos, simplemente es una premonición de los tiempos oscuros que se podrían avecinar, pues los ánimos caldeados de dos hombres con poder y vestidos de trajes caros y cada uno en extremos del mundo, son capaces de iniciar un enfrentamiento donde los perdedores serian los padres, madres, cónyuges, hermanos e hijos de todos aquellos que deban enfrentarse por una causa que desde siempre ha estado perdida. Espero equivocarme.