Ser humano y razón. El problema del pensamiento impositivo.
DE JULIÁN SARMIENTO |
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Si lo propio del animal es el comportamiento <bestial>, lo instintivo, lo
genéticamente predeterminado, lo ineludible, y por lo tanto imposible de
regular. Entonces, ¿qué es lo propio del ser humano? La respuesta más lógica es
por lo tanto, proponer diferencias entre el ser humano y el animal o la
‘’bestia’’. De esto resulta, que la misma cosa que es propia de la humanidad,
es también la misma que lo distancia de los demás animales. El estado humano es
pues la no animalidad, lo no instintivo, y por lo tanto regulable. Tal estado de la existencia ha recibido un nombre dentro
del estudio del hombre: razón.
El
hombre es un animal capaz de razón, escribe Aristóteles en La Política. Esto
significa, que a diferencia de los demás animales, el ser humano es en teoría,
el único que es capaz de dirigir mediante su voluntad, al menos parcialmente,
los designios de su destino. La razón
permite al hombre transformar su mundo, y por tanto el de los demás. Esta breve
afirmación sobre la razonabilidad del hombre, abre ciertas cuestiones sobre el
pensamiento antropológico. ¿Qué es la razón? ¿Es universal? ¿Es un objeto? Si
lo es, ¿significa que puedo controlarlo, moldearlo, interactuar con él, o
incluso, llegar a controlar la razón del ‘’otro’’?
Nuestros
procesos históricos como pueblos latinoamericanos parecen indicar que sí. No
olvidemos cómo fue de hecho la razón
evangelizadora cristiana la misma que llevó al exterminio, o cuando menos
encubrimiento de las diversas razones y culturas que existían en los pueblos
amerindios antes del periodo de la conquista. O cómo las razones dicotómicas
dan orígenes a periodos de violencia en distintos países, y aún hoy se hacen
sentir. Donde una ‘’verdad’’ pretende imponerse a otra, mediante acciones
violentas capaces de ralentizar la consolidación de Estados. Véase por ejemplo
el fenómeno de los ‘’odios heredados’’ o La
Violencia en el Estado colombiano.
¿Notan
alguna diferencia entre la definición de Aristóteles de razón, y la forma como funciona aquella al día de hoy? Para
resumir, la razón comienza a transformarse en un objeto único y dominable,
mediante la aparición de la biblia (esto es válido por lo menos en los
territorios cuyos orígenes son coloniales y además fueron marcados por la
cultura cristiana). Cuando la tradicional afirmación aristotélica fue en su
lugar reemplazada por el postulado bíblico ‘’En
el principio era el verbo, y el logos era dios’’. El logos, que traduce
razón fue completamente atribuido a una divinidad e interpretado por un mesías
(que traduce mediador), nos referimos claro está, a la figura de Jesucristo.
Esto otorgó al sistema de creencias europeas, -llegando
incluso a ser validado por Hegel-, un sentimiento de superioridad al creerse en
derecho a dominar por tener la única fuente de razón, dios. Si a esta situación
adicionamos el hecho de que el cristianismo es una religión absolutamente
legitimadora del sacrificio, los resultados derivados son desastrosos.
Existe
un derecho a dominar (sentimiento de superioridad), y un deber de expandir la
palabra, el verbo, para lograr la
salvación de la humanidad a cualquier costo (mito sacrificial de Jesucristo y
fundante del deber de evangelización). Y esta es precisamente la lógica que fue
impuesta y después reproducida por las instituciones sociales como la escuela y
la familia en la américa colonial. Dicho sea de paso, perpetuándose en el
tiempo hasta el día de hoy. Nótese por ejemplo como las ‘’verdades únicas’’, o
los ‘’comportamientos correctos’’ son aún las máximas a seguir en la mayoría de
escuelas.
¿Qué
somos en el fondo? La respuesta era simple, somos humanidad y la humanidad es
razón. Más allá de la tendencia humana material a la territorialidad (será
acaso una de las cosas que tenemos en común con el animal), hay que recordar
que aquello que nos une como especie es precisamente la capacidad de razón. Por
sobre las culturas o creencias, aquello que nos une es precisamente una
inteligencia en potencia e inacabable. La tendencia de un mundo intercultural
debe ser pues aquella misma, un humanismo inteligente que permita la
reivindicación de las culturas olvidadas, y una interacción horizontal con
aquellas culturas que la modernidad ha considerado absolutas.
Ser humano y razón. El problema del pensamiento impositivo.
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martes, agosto 29, 2017
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