Revista Zahir en entrevista con Rafael Lacau, la importancia de la voluntad.

DE REDACCIÓN ZAHIR | 

El pasado viernes dos de febrero, penúltimo día del festival internacional de cine independiente, Sanfici 2018, tuvimos la oportunidad de charlar con el director de cine venezolano Rafael Lacau, quien en el festival presentó como obra de cierre del día ‘’Margaritas para los pobres’’, documental que deja un profundo sentimiento de nostalgia, pero también lo que es quizá esencial en los tiempos de hoy: la voluntad de no detenerse. Conversamos con el señor Lacau sobre el panorama del cine independiente en los tiempos actuales, su breve estancia en la ciudad de Bucaramanga, y la recepción del arte en estos días, a continuación presentamos algunos fragmentos de la entrevista.

Revista Zahir: Antes que nada, quisiera conocer la percepción suya sobre cómo se encuentra el arte en la ciudad, en el departamento, ¿cómo le ha parecido?

Rafael Lacau: Bueno es difícil decirlo, quizá me encuentro con eventos como este, muy interesante en infraestructura y todo, como también La Casa del Libro Total. Es difícil porque no conozco otro lugar diferente, conozco muy poco de la ciudad, aunque siempre es una pena, y esto no sucede solo aquí sino en muchos lugares, encontrar las salas vacías. Es realmente muy difícil y es una lástima habiendo una escuela de artes visuales que no estén aquí ‘’pegados como una garrapata en la silla’’, ¿me entiendes?

R.Z: Sí, y es verdad, recuerdo por ejemplo un evento –en esa ocasión era de filosofía- en ciudad Juárez, era lo mismo.

R.L: Sí claro, yo lo he visto, he estado en festivales, en varios, ¡aunque en Guadalajara sí estaba muy lleno! Un movimiento muy fuerte en la ciudad, la ciudad movida por el festival.

R.Z: Cómo describiría usted la experiencia de crear cine independiente, me parece que además el ambiente hace todo para que esa clase de movimientos no puedan surgir, por lo mismo de la cultura.

R.L: Yo pienso más bien todo lo contrario porque vengo de un país que está en la absoluta crisis, más bien la inventiva, es lo que lo salva a uno, en cualquiera de las ocasiones. Yo trabajo también como colorista, soy finalizador de imagen, y trabajo básicamente con cine independiente, de bajo presupuesto, trabajo en función de las ideas, de la creación cinematográfica; entonces si te sientas a esperar, a que te llegue un financiamiento, eso nunca nadie lo va a lograr, eso solo grandes casas productoras. Lo que pasa es que se necesita motivación. Es en estos sitios vacíos donde te preocupas. Es muy difícil que tú alcances otro nivel cinematográfico si ni siquiera te sientas a mirar lo que están haciendo otros. Muchas de estas películas que están acá tienen componentes de cine independiente. Porque tan pronto tú piensas que tal película viene de NY por decir algo, o de Chile, todos esos lugares digamos que tienen una situación económica actual no boyante, pero sí estable. Lo que no quiere decir que no hayan estado fuera de los fondos, que no hayan tenido que hacer muchos sacrificios, y por ello finalmente se hace un cine independiente. Así que yo creo que la inventiva de uno está en la posibilidad de trazarse la meta. Ya lo dijo Luis Ospina.

R.Z: ¿Qué tiene el cine independiente para aportarnos como sociedad latinoamericana?

R.L: Que es ensayístico. De autor, de gente que piensa una realidad, que habla sobre una realidad propia, por ejemplo uno de los que más ha surgido, que se siente como moda pero yo no lo veo de esa manera, es el cine LGTB, a mí lo que me gusta mucho de ese cine es que se habla desde adentro. Como te había dicho, yo estuve en el festival de Guadalajara, y estaba el premio Maguey, que es un premio al cine Queer. Y yo vi muchas películas de gente hablando sobre su homosexualidad, de una manera dulce, franca, no traumática, y es cultural, testimonial; sin que sea documental. Así que ese es un buen ejemplo, porque es descarnado. Donde hablo de mí mismo en una condición de discriminación, y aquí estoy, hablo de mi condición. Pienso que tiene mucho que aportar, tal vez más que cualquier otro, mucho más que el cine distracción.

R.Z: Eso me parece doblemente valioso…

R.L: Es valiente.

R.Z: Sí, definitivamente, hacer arte a partir de eso puede ser ya otro nivel.

R.L: Claro, aunque puede que haya muchos que lo hagan solo por entrar dentro de un mercado que está muy en boga, pero sí es un cine valiente.

R.Z: ¿Cómo se siente usted cuando vuelve a ver sus propias películas, su propio material?

R.L: Pues lo que más quisiera es que hubiese gente para conversar, porque están son cosas que tienen que ver con un discurso, los documentales siempre son testimoniales de uno mismo, autorreferenciales, por una u otra razón, en mi trabajo por ejemplo yo hablo sobre la pobreza, sobre un tipo de pobreza, muy específica; sobre una forma de plantear la sociedad, hablo de varias cosas, pero que tienen que ver conmigo. Cuando la veas vas a ver cómo la construí, tiene que ver con una película que parece más bien ficción que documental, un poco jugando con eso sin declarar.

R.Z: Por ahora yo quisiera un consejo personal, ¿qué le diría usted a un grupo de jóvenes que quieren iniciar un movimiento cultural?

R.L: Que no necesita nada sino ponerse a hacerlo, ¿dónde están, dónde están aquí? Eso es sólo haciéndolo, no necesitan consejos, si la gente tiene motivación lo que necesita es salir a hacerlo, son necesidades de uno. No son estructuras institucionales como lo puede ser una universidad, eso es un juego de voluntad. Es hacerlo. Esto es un espacio perfecto para hacerlo.