INFILTRADO EN CULTO DE LA IGLESIA MIRA

DE LUIS FERNANDO GUERRA RODRIGUEZ |


La proliferación de iglesias alternativas al catolicismo tradicional, en especial las cristianas protestantes (evangélicas, pentecostales, presbiteranas, bautistas, luteranas, etc.)  y su creciente influencia en la cotidianidad del país es sin duda uno de los hechos socio-culturales más importantes que no se pueden perder de vista, es apenas evidente que están cada día más permeando las estructuras sociales que definen una sociedad, esto es, su política, economía, tradiciones, y en ultimas, su moral. Consciente de este hecho, y con la convicción de que es menester ponerse en el lugar del otro para comprender su sistema de creencias, acepté la invitación realizada por mi mejor amigo perteneciente a la religión católica, pero abierto a otras manifestaciones de su mismo Dios, a asistir a una de las ceremonias religiosas de la iglesia MIRA (Movimiento Imitador de la Rectitud del Altísimo o Movimiento Independiente de Renovación Absoluta, en su concepción política.). A través de este pequeño escrito les cuento mis impresiones.


Eran las 6:30 PM del miércoles cuando llegamos a la sede de la iglesia ubicada en Floridablanca, un moderno y recién construido edificio que en su vasta superficie albergaba un aforo de más o menos 200 personas con la biblia debajo del brazo, dato admirable dado que era día laboral y estaba lloviznando en la ciudad. Creía que tenían alguna especie de código de vestimenta pero no, con atuendos muy variados se ubicaron en las numerosas bancas de la parte inferior de un pulpito adornado con flores, con dos habitaciones a los lados con sendos carteles de “diezmo” sobre una ranura en las cuales los asistentes aportan las ofrendas camufladas en sobres blancos. No hay una sola imagen, estatua, o cruz en las paredes, esto coherente con la asociación que hacen de esto con la paganía.

Ya ubicados todos, empezó la ceremonia que transcurrió normalmente durante una hora y media que, básicamente consiste en muchos canticos, oraciones personales en voz alta en los cuales levantan las manos y alguno se emociona fervientemente dejándose llevar por la atmosfera que ofrece el espectáculo de lenguaje indescifrable, testimonios de feligreses que, en esta ocasión contaron como Dios les salvó la vida, les dio bendiciones o los alivió de dolores de espalda, respectivamente, y la predicación del pastor, el cual ante cada premisa preguntaba a la audiencia si estaban de acuerdo con lo que decía, y todos respondían “amén” al unísono, casi que aceptando como verdad absoluta lo que el líder espiritual les decía.

Hasta ahí todo normal, sus ritos no distan mucho de cualquier celebración religiosa, incluso católica, sin embargo, lo más relevante llega al final, cuando el grueso de los asistentes abandona el recinto y una gran afluencia de los mismos se ubica en las primeras bancas a la espera de unas señoras que afirman tener “el don de la profecía”, esto es,  la manifestación de su más grande orgullo: tener aparente comunicación directa con Dios. 

Haciendo un poco de investigación, comprendí que esto de las profecías encuentra su fundamento en los primeros versos del capítulo 14 de 1 de Corintios, afirmando que, “aquel que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.”, y contextualizándolo con ciertas narraciones bíblicas, consiste en la supuesta manifestación de Dios a través de un profeta que habla en “lenguas angelicales”. La realidad es que en la iglesia MIRA las que lo ejercen hablan en perfecto español, esforzándose por confundir a través de galimatías y cambios en el estilo de narración.

Antes de esta apreciación, seguí a mi amigo y me senté a su lado, a la espera de que una de estas mujeres se nos acercara a hablarnos al oído mientras nos sostenía la cabeza. Le tocó el turno a este mientras yo haciendo un poco de trampa escuchaba todo lo que la profetiza le decía, hasta llegar a mi puesto, y ubicarse detrás de mí. Primero hizo una oración pidiéndole a Dios que se manifieste y empezó a hablarme de manera extraña al oído, esto porque hablaba como si él fuera quién estuviera pronunciando las palabras, estilo “tú eres mi hijo y hoy sé que te estás preguntando por qué has venido hasta acá”, aunque tenía lapsus en los que se confundía y hablaba en nombre propio, seguido de una inmediata corrección.



En sus profecías me dijo que yo iba a ser predicador algún día, a recibir un importante galardón intelectual, a tener una oferta laboral pronto, mi dinero se multiplicaría y un familiar viajaría al exterior; noté que a mi amigo le dijeron cosas con respecto a los mismos temas, al parecer tienen una estructura definida y varían en las particularidades, así, dudas, situación laboral, amorosa y financiera, viajes, familia, futuro, son tópicos en común sobre los que presuntamente Dios nos habla. Como pude contuve la risa y le agradecí a la señora que me atendió  y salí caminando de la iglesia con muchas preguntas sobre las que reflexionaré a continuación. ¿Qué es precisamente la iglesia MIRA? ¿Por qué esta gente dedicada al estudio de las escrituras bíblicas tiene un partido político? ¿Cuáles son las doctrinas de este grupo religioso? ¿Por qué es tan atractivo? ¿Representa un peligro este grupo de personas dedicadas a este proyecto común espiritual? 

Pues bien, ante la curiosidad, me dispuse hacer una indagación sobre la organización y me encontré con datos realmente sorprendentes. La iglesia MIRA fue creada en Colombia, por el esposo de la hoy líder, María Luisa Piraquive, y hoy en día es todo un producto de exportación, pues alcanza casi los 3 millones de seguidores en 40 países de 5 continentes. Dicha organización se define como neo-pentecostal y restauracionista, que persigue la vuelta al cristianismo más puro y primitivo, es decir, de ideología reaccionaria, inspirada en las doctrinas protestantes de las iglesias carismáticas americanas de los 60 y 70s, añadiéndole ritos tradicionales como el bautismo, y el que, en mi opinión es el más atractivo para la gente, la profecía. Esta última genera la sensación de cercanía con Dios, que en la religión católica escasea como se puede observar con la decadencia en Europa de la concurrencia en sus ceremonias, fenómeno que ya empieza a verse en Colombia gracias a la migración de estos creyentes hacía otras asociaciones parecidas en ideas, pero diferentes en sus formas.

Según estudios, la religión católica aún es la mayoritaria con más del 50% de la población siguiendo sus creencias, sin embargo, cada día son más los no-practicantes, y los que asisten a otras colectividades protestantes, que no sería extraño que en cuestión de años superen en número a sus aparentes contrincantes. Al fin y al cabo, cada quién es libre de escoger el sistema de creencias que considere adecuado para responder sus interrogantes, de hacer las críticas que considere pertinentes desde el conocimiento del otro, de creer que Dios le habla a través de unas señoras en faldas hasta los tobillos, de ir todos los días a la iglesia de su localidad, incluso llevando a sus hijos, siempre y cuando no perturbe la libertad de los otros.

Con respecto a esto último es donde surge la discordia, y es que lastimosamente estas comunidades se han convertido en un obstáculo gigante para el avance de la modernidad y las libertades individuales en el país; no sé en qué momento pasaron de asociaciones de predicación y ayuda comunitaria, a querer inmiscuirse en política, ¿será que no les bastaba con el dinero de los diezmos y la domeñación de sus feligreses que ahora van por el erario y el aparato institucional del Estado? Difícil responder. Un ejemplo de esto es la ley 1696 propuesta por el partido MIRA que castiga a aquellos que conduzcan con grado cero de alcohol (una cerveza o una copa de vino) con la totalmente desproporcionada multa de 90 salarios mínimos, suspensión de la licencia un año, entre otras cosas, justificadas bajo la idea de la ingesta de alcohol como pecado, lo cual constaté en el culto al que asistí.

Finalmente, uno de los retos que enfrenta el país es la defensa de la laicidad del Estado, indefectiblemente, cuando este da preferencia a enfoques de cualquier tipo, en especial religiosos, se vulneran a las minorías, como bien lo saben los integrantes de la comunidad LGBT y pronto descubriremos todos si no nos interesamos en conocer estas cosmovisiones y sus intenciones. 
INFILTRADO EN CULTO DE LA IGLESIA MIRA INFILTRADO EN CULTO DE LA IGLESIA MIRA Reviewed by Revista Zahir on sábado, noviembre 25, 2017 Rating: 5

Business

Subscribe